El estudio de Cherry Digital sobre el cansancio de los votantes y las relaciones públicas políticas en el período previo a las elecciones de 2020 se presentó la semana pasada en el LA Times (versión en español). Puede leer el artículo a continuación o seguir el enlace en la parte inferior de la página.
En el año de las elecciones más importantes del país, cuando los activistas estan empujando a la comunidad a salir a votar, muchos de los californianos sostienen estar cansados por el bombardeo de cobertura y publicidad en las elecciones, por lo que un cambio en el sistema revertiría el malestar.
Jorge Arvizu, quien obtuvo la ciudadanía hace poco más de dos años, es uno de ellos. La excusa del padre de familia es, en primera estancia, la incredulidad y el dinero destinado y la inversión en la publicidad.
“Gracias a las políticas contradictorias de Trump, se ha desatados un caos, donde muchos políticos de los que no sabíamos ahora prometen cambios. Por otro lado se encuentra el dinero detrás de estos políticos en todas las escalas, y la comercialización de temas importantes como excusa para conseguir un escaño”, dice Arvisu.
“Yo sé que tengo que votar, lo que no se es a quiénes creer”, subraya.
Lo que dice el elector no está lejos del sentimiento real que se vive en Estados Unidos según los expertos.
De hecho, aproximadamente un 36 por ciento de los votantes californianos sufren de agotamiento electoral, lo que en la política significa la apatía que el electorado puede experimentar bajo ciertas circunstancias, enfatiza la empresa de comunicaciones Cherry Digital en una encuesta de 3,000 votantes. Casi el 90 por ciento de los encuestados dice que, independientemente de su afiliación política, creen que los políticos de hoy en día estan más preocupados con el “resultado” que con el cambio que puedan hacer, lo que significa que creen que los políticos dirán casi cualquier cosa siempre que los elijan. La investigación también revela que el 75 por ciento de los votantes cree que el financiamiento de las campañas electorales debería limitarse para nivelar el campo de juego entre todos los candidato.
En California, por ejemplo, uno de cada tres californianos que sufren de ‘fatiga electoral’, pero este no es el único estado. De hecho, los electores de Connecticut (60 por ciento) Montana (58 por ciento) y West Virginia (57 por ciento) experimentan lo mismo.
Otro problema es que el país no sale de una elección cuando ya empezó una campaña. Por ejemplo, en julio de 2017, el ex representante John Delaney fue el primer candidato importante en anunciar su campaña para presidente, dos años y medio antes del caucus de Iowa 2020.
La última elección de Estados Unidos duró casi 600 días, medida desde el punto en que Ted Cruz anunció por primera vez que se postulaba para presidente. El 54 por ciento de los votantes estadounidenses está a favor de los períodos de campaña oficiales; en el Reino Unido, por ejemplo, el período de campaña (oficial) es de solo 5 semanas.
Pero puede que no solo sea el tiempo dedicado a apelar por sus votos lo que molesta a un 82 por ciento de los electores, que creen que deberían de haber periodos oficiales para hacer campaña, si no las enormes cantidades de dinero gastadas en las elecciones de este año podrían no tener precedentes. “La verdad yo he dejado las noticias de política atrás para no confundirme… no solo la televisora empaña las elecciones con comerciales en contra y a favor de candidatos sino hasta confunde”, dice la electora Lorena Campos.
Según las estimaciones, se gastaron 2.4 mil millones en las elecciones presidenciales de 2016. Esta cantidad habría sido mayor si Donald Trump no hubiera logrado tanta publicidad gratuita (llamada “medios ganados”). El gasto publicitario de los candidatos para otros cargos federales, como la Cámara de Representantes y el Senado, fue de alrededor a 6.5 mil millones, por lo que ahora el 72.8 por ciento de los estadounidenses está a favor de un límite al gasto electoral.
“Cuando se trata de financiar campañas, se trata de enfoques filosóficos contrastantes: libertad versus igualdad. El primer enfoque argumenta que debe tener la libertad de gastar lo que quiera, mientras que el segundo favorece un campo de juego más nivelado”, dice Andrew Elliston, Director de Cherry Digital.
Sin embargo, debe tenerse en cuenta que muchos sostienen que hay aspectos positivos en la duración de las elecciones estadounidenses. Las elecciones primarias, aunque son un factor importante para prolongar una campaña, brindan a los votantes una mayor voz sobre quién debería ser el candidato presidencial de su partido, un desarrollo ciertamente más democrático que cuando los líderes del partido nombraron al abanderado del partido, asevera Elliston.
“Nuestra investigación muestra que hay un claro apetito por el cambio en nuestro sistema electoral, ya sea un límite a los fondos de campaña, establecer períodos electorales o políticos más responsables”, agrega Elliston.